Como cualquier forma de arte el
erotismo nos despoja de nuestra animalidad. Considerado en términos de
equilibrio universal tal vez sea algo triste pero, por otra parte, ese
desplazamiento particular del instinto nos eleva a medios de comunicación
insospechados y, en tanto auténtica comunicación, crea en el universo algo
distinto, algo nuevo: lo multiplica a un costo energético muy bajo. Así, la
consciencia humana de la que estamos tan orgullosos es más bien una
consecuencia de que la cultura haya desarrollado en nuestros ancestros un
universo simbólico paralelo y diferente al meramente material, en el cual la
abstracción y el pensamiento tienen perfecto sentido porque dan sentido a esa
ciega materialidad inherente al ser omnímodo que rodea al indeciso e
intermitente pensamiento humano. El espíritu
humano no ha creado el cosmos, pero le ha dado nombre, como se ha dado nombre a
sí mismo y, como es bien sabido, quien nombra algo ¨ lo controla.
Esos dos puntos suspendidos son
significantes de una hesitación. No son puntos suspensivos, no retienen a la
mente en la duda... la precipitan a una conclusión. Es mi invento de esta noche
en la que descubro que he perdido mi voz. Siento que el pensamiento que se
expresa ya no es mío. Intelectualmente sé que jamás ha sido mío, pero me aferro
como todo mundano artista a la creencia sentimental en la posesión de una
consciencia que puedo llamar mía, capaz
de ser, de reconocerse en el ser y de crear algo que es. El viejo liberalismo
sostenía que el hombre, para serlo, debía ser dueño de sí mismo y de una cierta
fracción del cosmos. Yo sostengo que apenas puede tenerse como propiedad ese
sentimiento engañoso: nuestro cuerpo y sus pulsiones son materia del cosmos, turbulencia de la inexistencia, y
nuestro pensamiento es una serie de secuencias aleatorias dibujadas por
caóticos estímulos culturales que se asocian en regularidades sólo porque es la
manera más económica de seguir existiendo. Nuestras prácticas son todavía ¨ más
limitadas.
De modo que ahí está el espíritu. Hijo de la consciencia humana¨
pedazo de hijo de puta.